Quino, ahora en 3D






(Por Carlos Agell Sogbe) Este es mi segunda aproximación de llevar los dibujos de Quino al espacio 3D. La primera la pueden ver aquí. Como la anterior, la idea fue tratar de ser muy preciso al convertir el trazo 2D de Quino en volúmenes en 3D, buscando mantener la frescura del trazo y la libertad de las proporciones. Es fascinante descubrir como Quino logra describir perfectamente y de manera precisa cada una de los formas mediante simples trazos. Más aun, lo hace con los mínimos trazos. Todo esta descripto: el volumen de las piezas e inclusive el carácter de los materiales (el metal del cuchillo, el brillo mate del mango de los implementos, la calidad de las telas, la textura de la madera, etc). El elemento faltante, el color, se trabajó en función de potenciar el lado del humor negro propuesto en la imagen, enfatizando el lado oscuro y hasta sangriento que es solo sugerido en la viñeta. De manera similar se usó una iluminación bastante teatral y con mucho contraste para aportar unpoco mas de dramatismo. En total me tomó unos 12 días. Esta hecha enteramente en Cinema 4D, con corrección de color y ajustes en Photoshop.

Hombre con clarinete, 1911-1912, PICASSO, Pablo Ruiz


Sabemos por Pierre Daix (1979) que el Hombre con clarinete fue pintado por Picasso en el taller del boulevard de Clichy, en el otoño de 1911 o el invierno de 1912, tras haber pasado el verano en Céret, en el Pirineo francés, trabajando en estrecha colaboración con Braque. Este sería el período de máximo desarrollo del cubismo analítico, que Kahnweiler denominaría hermético, y ésta una de sus obras maestras. Ya en la temprana fecha de 1913, fue reproducida por Apollinaire en su ensayo Les peintres cubistes. Picasso, a través de una composición piramidal en abanico, nos muestra la figura de un hombre con clarinete, del que sólo podemos descifrar los signos más básicos. La armadura de la imagen se construye sólo con el ritmo de unas cuantas líneas rectas y curvas, que responden, según Daix, al influjo de los volúmenes piramidales de la arquitectura de Céret. La fragmentación nos lleva a una lectura más abstracta que figurativa y nos da prueba de cómo el cubismo analítico, desarrollado por Picasso y Braque, se iba acercando a la abstracción. Los colores han sido reducidos a una amplia gama de ocres y grises, con los que consigue increíbles contrastes tonales y efectos pictóricos. El color está aplicado con una técnica neoimpresionista de pinceladas pequeñas y concentradas que dan a la superficie un aspecto un poco metálico. Como ha apuntado en su estudio de la obra Christopher Green (1995), "la superficie de la obra no es homogénea, aumentando así su presencia como un objeto material, como un tableau objet." En el centro del cuadro, la pintura se acumula en pinceladas gruesas, en contraste con los bordes en los que la pintura ha sido aplicada en finas capas, produciendo así un efecto de textura en relieve. Mientras Picasso se encuentra trabajando en este cuadro, al final de 1911, una nueva mujer -de momento de forma clandestina- entra en su vida: Eva Gouel. Eva, amante del pintor Marcoussi, era la antítesis de Fernande, mucho más inteligente y activa. Picasso la había conocido en L'Ermitage, el lugar de reunión de la bande à Picasso en Montmartre, y pronto se sintió fascinado por ella. Para celebrar este nuevo amor, Picasso pintó una obra estrechamente relacionada con nuestro Hombre con clarinete, la magnífica Mujer con guitarra (The Museum of Modern Art, Nueva York), el primero de los cuadros inscritos con "Ma jolie", una referencia en clave a Eva. Ma jolie era el título de una canción popular que la banda del circo Médrano cantaba constantemente, cuyo estribillo decía: "Oh ma Jolie, mon coeur te dit bonjour".El cuadro fue vendido por Kahnweiler en 1912 al coleccionista alemán instalado en París, Wilhelm Udhe, a quien Picasso había retratado en 1910. Durante la guerra de 1914, por ser súbdito alemán, sus obras -como ocurriría con las del propio Kahnweiler- fueron confiscadas y vendidas en subasta pública en el Hôtel Drouot el 21 de mayo de 1921. En esta venta Hombre con clarinete fue adquirida por un coleccionista anónimo. Con motivo de esta subasta, André Breton tuvo la oportunidad de contemplar y admirar esta pintura, que calificó como "una obra de una elegancia fabulosa". En 1937 entró a formar parte de la colección del historiador del cubismo Douglas Cooper, y poco después de su muerte, en 1982, entró en la Colección Thyssen-Bornemisza.